miércoles, 21 de febrero de 2007

CASTRO DICE ADIÓS AL CARNAVAL MEDIA HORA DESPUÉS DE SU COMIENZO

Las rachas de viento de más de 90 km por hora obligaron a desalojar la carpa instalada en el ayuntamiento y con ello a suspender los actos previstos allí

La tarde del viernes en Castro Urdiales tenia visos de ser perfecta para los que, como cada año, habían decidido dejar la vergüenza en casa y enfundarse en un traje de carnaval; temperatura primaveral, cielo azul y un sol despampanante. Héroes de cómic, personajes de televisión, payasos, brujas, monstruos, princesas, príncipes, caballeros y mosqueteros inundaban las calles del casco viejo de la localidad cántabra entre música, risas y algún que otro espontáneo que decidía meterse en el personaje y comenzar una lucha de espadas por conquistar el reino o la princesa. Y tubo que ser alguna bruja la que se metió en su papel porque en media hora el sol desapareció y, como en los mejores cuentos de de terror, el cielo se volvió negro y el viento comenzó a soplar a más de 90 km por hora, según aseguraron los bomberos.

La actuación de los payasos Fofi y Fifi tubo que ser suspendida de inmediato y los servicios de protección civil procedieron a desalojar la carpa instalada en la Plaza del Ayuntamiento ante el riesgo de que algunos de los pilares que la sujetaban se viniesen abajo. El pregón de carnaval que iba a ser leído por la peña castreña “Fiestón Ballenero” a las ocho de la tarde y los esperados “chascarrillos” fueron retrasado a la espera de que amainara el viento. Hacia las 22:30 el viento rasgó parte de la tela del toldo y a la vista de que las rachas aumentaban, todos los actos fueron suspendidos y los bomberos procedieron a asegurar la carpa y acordonar la plaza.

Las caras sonrientes se volvieron tristes y asustadas y la ilusión de grandes y pequeños yacía por los suelos. Sin embargo, la gente no se movió de las inmediaciones de la plaza a la espera de que la Concejala de Turimo y Festejos, Ana Zubiaurre saliese al balcón del Ayuntamiento a informar sobre “dónde se iban a trasladar los actos”. “Yo creo que lo llevarán todo al polideportivo”, decía Sonia Pérez, una de las madres que aguardaba con su hijo de cinco años. Pero la espera se volvió amarga cuando por los altavoces alguien dijo que los chascarrillo se celebrarían al domingo por la noche “si el tiempo mejora”. Los grupos de chirigotas, que llevaban más de tres meses preparando sus canciones, disfraces y puesta en escena; comenzaron a abuchear y a propinar insultos hacia la concejala que en ningún momento se dirigió al pueblo. “Todos los grupos de chascarrillos hemos decidido que el domingo no actuamos. No nos parece oportuno volvernos a disfrazar después de que hayan acabado las fiestas. Además aunque la concejala no trabaje nunca, tiene que tener el cuenta que todo hijo de vecino trabaja el lunes. Si no lo a trasladado al Pachi Torre es porque no le ha dado la gana, asique el domingo que cante ella”, decía enfadado un miembro de la Peña Zaca.

domingo, 4 de febrero de 2007

CONDENADOS A SER HUÉRFANOS

El ser humano es por naturaleza caprichoso pero, a veces, ese capricho llega hasta límites difíciles de creer y desencadena en un egoísmo que va en contra de cualquier moral.

Los tiempos han cambiado mucho y cuando antes las mujeres de más de 60 años estaban en casa haciéndose cargo de las labores del hogar y si se quedaban viudas lo eran ya para siempre, ahora se han dado cuenta de que todavía les queda mucha vida por delante y les gusta salir a bailar, viajar y echarse algún que otro noviete. Sin embargo a algunas les afecta un poco la demencia senil y al estilo Ana Obregón, quieren hacer cosas propias de otras etapas de la vida, y hasta cierto punto me parece estupendo siempre y cuando no se juegue con la vida de otra persona y menos con las de un niño, o dos.

A Carmen Bousada le ha dado por cumplir ahora, a los 67 años el sueño de su vida: tener un hijo. Pero ha tenido dos, dos niños condenado a ser huérfanos, dos niños que con 13 años tendrán una madre de 80, si todavía está vida. Si se muere, irán a hogares de acogida porque no cuenta con ningún familiar que pueda hacerse cargo de los niños cuando ella falte. Pero eso la señora Bousada lo tiene perfectamente pensado, que no cunda el pánico porque tiene los cabos perfectamente atados. Se va a buscar un novio joven que cuide de sus hijos cuando ella se muera. ¡SINVERGÜENZA!. Siempre hay un tiempo para cada cosa y creo, sinceramente, que para tener un hijo no son los 67 años.

Hay cosas que me indignan sobremanera y me ponen de mala leche y una de ellas es ésta. Cuando una pareja joven no puede tener hijos se le ponen las mil y una trabas para que pueda adoptar un niño. Los asunto sociales rebuscan en los trapos sucios de estos jóvenes (no tienes suficiente dinero, no es un hogar estable, las paredes de la habitación del niño son amarillas y se puede estresar, ese osito de peluche que hay sobre la cama tienen cara de malo...). En fin que la única opción que les queda a estas parejas es viajar a oriente en busca de un hijo.

Y yo me pregunto, ¿a la vieja esta alguien le ha hecho un test psicológico o ha estudiado si el hogar y la estabilidad que le puede dar este carcamal a sus hijos es la idónea?, yo creo que no. Una señora que cuando le dicen que el parto se ha complicado y le van a hacer un cesárea de lo que más se preocupa es de que la incisión no sea muy grande para que se pueda poner un bikini en verano no debe estar muy bien de la cabeza.

En la sociedad en la que vivimos, la sociedad de los malos tratos, de los abusos a menores, esa sociedad en la que cuando llevas a tu hijo al medico te preguntan cómo se ha hecho cada pequeño moratón y arañazo, esa sociedad en la que continuamente se está cuestionando la manera de educar de los padres, en definitiva, la sociedad en la que por encima de todo prima la estabilidad, evolución y protección de los menores, se permite a una anciana, que tiene los días contados, tener hijos.

Todavía tiene la cara de decir que “los hijos de un albañil también pueden perder a su padre si éste se cae del andamio”, sí, claro que pueden pero, eso sería una desgracia que ha ocurrido por mala suerte y lo de esta “señora” se llama “ley de vida”(cuando llegas a cierta edad la palmas y punto).

Todo lo que estoy diciendo puede sonar cruel pero es lo que pienso y no lo puedo decir con otras palabras. Tengo muchas términos con los que definir a esta insensata, entre ellas EGOÍSTA, SINVERGÜENZA, CAPRICHOSA, DESCEREBRADA y, porqué no, VIEJA PELLEJA.

Me dejo muchas cosas en el tintero pero prefiero dejarlo así antes de que me emocione, y con este tema soy especialmente sensible, me empiece a cargar en el sistema (que se preocupa de ciertas cosas cuando le interesa) y caiga en descalificaciones aun más feas hacia esta “tipa” de 67 años.