La tarde del viernes en Castro Urdiales tenia visos de ser perfecta para los que, como cada año, habían decidido dejar la vergüenza en casa y enfundarse en un traje de carnaval; temperatura primaveral, cielo azul y un sol despampanante. Héroes de cómic, personajes de televisión, payasos, brujas, monstruos, princesas, príncipes, caballeros y mosqueteros inundaban las calles del casco viejo de la localidad cántabra entre música, risas y algún que otro espontáneo que decidía meterse en el personaje y comenzar una lucha de espadas por conquistar el reino o la princesa. Y tubo que ser alguna bruja la que se metió en su papel porque en media hora el sol desapareció y, como en los mejores cuentos de de terror, el cielo se volvió negro y el viento comenzó a soplar a más de 90 km por hora, según aseguraron los bomberos.
La actuación de los payasos Fofi y Fifi tubo que ser suspendida de inmediato y los servicios de protección civil procedieron a desalojar la carpa instalada en la Plaza del Ayuntamiento ante el riesgo de que algunos de los pilares que la sujetaban se viniesen abajo. El pregón de carnaval que iba a ser leído por la peña castreña “Fiestón Ballenero” a las ocho de la tarde y los esperados “chascarrillos” fueron retrasado a la espera de que amainara el viento. Hacia las 22:30 el viento rasgó parte de la tela del toldo y a la vista de que las rachas aumentaban, todos los actos fueron suspendidos y los bomberos procedieron a asegurar la carpa y acordonar la plaza.
Las caras sonrientes se volvieron tristes y asustadas y la ilusión de grandes y pequeños yacía por los suelos. Sin embargo, la gente no se movió de las inmediaciones de la plaza a la espera de que la Concejala de Turimo y Festejos, Ana Zubiaurre saliese al balcón del Ayuntamiento a informar sobre “dónde se iban a trasladar los actos”. “Yo creo que lo llevarán todo al polideportivo”, decía Sonia Pérez, una de las madres que aguardaba con su hijo de cinco años. Pero la espera se volvió amarga cuando por los altavoces alguien dijo que los chascarrillo se celebrarían al domingo por la noche “si el tiempo mejora”. Los grupos de chirigotas, que llevaban más de tres meses preparando sus canciones, disfraces y puesta en escena; comenzaron a abuchear y a propinar insultos hacia la concejala que en ningún momento se dirigió al pueblo. “Todos los grupos de chascarrillos hemos decidido que el domingo no actuamos. No nos parece oportuno volvernos a disfrazar después de que hayan acabado las fiestas. Además aunque la concejala no trabaje nunca, tiene que tener el cuenta que todo hijo de vecino trabaja el lunes. Si no lo a trasladado al Pachi Torre es porque no le ha dado la gana, asique el domingo que cante ella”, decía enfadado un miembro de la Peña Zaca.
La actuación de los payasos Fofi y Fifi tubo que ser suspendida de inmediato y los servicios de protección civil procedieron a desalojar la carpa instalada en la Plaza del Ayuntamiento ante el riesgo de que algunos de los pilares que la sujetaban se viniesen abajo. El pregón de carnaval que iba a ser leído por la peña castreña “Fiestón Ballenero” a las ocho de la tarde y los esperados “chascarrillos” fueron retrasado a la espera de que amainara el viento. Hacia las 22:30 el viento rasgó parte de la tela del toldo y a la vista de que las rachas aumentaban, todos los actos fueron suspendidos y los bomberos procedieron a asegurar la carpa y acordonar la plaza.
Las caras sonrientes se volvieron tristes y asustadas y la ilusión de grandes y pequeños yacía por los suelos. Sin embargo, la gente no se movió de las inmediaciones de la plaza a la espera de que la Concejala de Turimo y Festejos, Ana Zubiaurre saliese al balcón del Ayuntamiento a informar sobre “dónde se iban a trasladar los actos”. “Yo creo que lo llevarán todo al polideportivo”, decía Sonia Pérez, una de las madres que aguardaba con su hijo de cinco años. Pero la espera se volvió amarga cuando por los altavoces alguien dijo que los chascarrillo se celebrarían al domingo por la noche “si el tiempo mejora”. Los grupos de chirigotas, que llevaban más de tres meses preparando sus canciones, disfraces y puesta en escena; comenzaron a abuchear y a propinar insultos hacia la concejala que en ningún momento se dirigió al pueblo. “Todos los grupos de chascarrillos hemos decidido que el domingo no actuamos. No nos parece oportuno volvernos a disfrazar después de que hayan acabado las fiestas. Además aunque la concejala no trabaje nunca, tiene que tener el cuenta que todo hijo de vecino trabaja el lunes. Si no lo a trasladado al Pachi Torre es porque no le ha dado la gana, asique el domingo que cante ella”, decía enfadado un miembro de la Peña Zaca.